Amazonia: nuevos riesgos para los guardianes de los ríos bajo la pandemia - Waterkeeper

Vía fluvial del Amazonas: nuevos riesgos para los guardianes de los ríos bajo la pandemia

Por: Amazonas Perú Waterkeeper

Por Liliana García y Verónica Portugal, Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR)
Fotos de Rolando Mondragón / DAR

En lo profundo del Amazonas, la gente está "hecho por el río ". El río proporciona peces diarios, agua para beber, agua para la higiene; el río permite el comercio, el transporte, la recreación y la espiritualidad, especialmente para los pueblos indígenas que habitan su cuenca. Precisamente en ríos tan largos como el Amazonas, Ucayali, Huallaga y Marañón, con una longitud combinada de 2,687 kilómetros (1,699 millas), se desarrollaría la Hidrovia Amazónica, o Proyecto de la Hidrovía Amazónica (AWP), que incluirá el dragado para aumentar el tráfico a lo largo del río. río. 

Sin embargo, dado que este proyecto podría afectar la diversidad biológica, la calidad del agua y la seguridad alimentaria, ha sido altamente cuestionado por los pueblos indígenas, quienes exigen el cumplimiento de los acuerdos de consulta previa. 

Además, el estudio de impacto ambiental del proyecto recibió más de Observaciones de 400 debido a graves lagunas técnicas y, en diciembre de 2019, tras estimar que las condiciones clave no se podrían cumplir a tiempo, como los estudios ecotoxicológicos, la concesionaria abandonó por completo el proceso de evaluación ambiental. Sin embargo, el Ministerio de Transporte de Perú viene realizando estos estudios ambientales ya que el proyecto aún está activo, aunque representa un riesgo potencial.

COVID-19 y otros riesgos

En el ámbito del Proyecto Hidrovía Amazónica existen 424 comunidades nativas que dependen, ahora más que nunca, del río para sobrevivir, dado que el acceso a agua de calidad juega un papel clave en la prevención básica del COVID-19, una enfermedad que agrava la estado de riesgo de estas personas ya vulnerables.

En las regiones dentro del alcance del proyecto, los casos confirmados de COVID-19 han llegado a 3,092 en la región de Loreto y 1,433 en la región de Ucayali al 16 de julio, según el últimos informes públicos. A nivel regional, se han reportado casos de infección en los 14 grupos étnicos dentro del alcance del proyecto, con la mayor incidencia presente en los grupos étnicos Achuar, Shipibo, Kichwa y Kukama Kukamiria. 

Ante la gravedad de esta situación, las organizaciones indígenas representativas Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), CORPI y Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), entre otros, tienen declarada emergencia y movilización permanente. Han estado solicitando el apoyo urgente de un gobierno que contradictoriamente retrasa su atención al retomar la reactivación de proyectos de inversión en hidrocarburos, infraestructura vial y fluvial en sus territorios. 

Como prueba de ello, el Estado peruano ha insistido en incluir el Proyecto Hidrovía Amazónica en la primera etapa de su plan de reactivación económica y, al mismo tiempo, busca debilitar importantes mecanismos que podrían proteger a los ríos y sus defensores. 

Por un lado, la ratificación por Perú de la Acuerdo de Escazú ha sido puesto en el ojo de la tormenta. Una fuerte tendencia de desinformación busca desacreditar lo que se convertiría en el primer acuerdo latinoamericano en pos de la justicia ambiental, la información, la participación y la protección de los defensores del medio ambiente. Perú debe superar las dudas que se están generando en torno a este acuerdo y ratificarlo a favor de los defensores del medio ambiente.

Asimismo, el gobierno peruano propuso realizar procesos virtuales de consulta previa con pueblos indígenas como una forma de "desbloquear" proyectos de inversión. Las grandes brechas tecnológicas que enfrentan las comunidades no permitirían que este formato funcione, violando este derecho indígena definido en el Convenio 169 de la OIT, que permite a los pueblos indígenas participar en la toma de decisiones que puedan afectar sus derechos, a través de un proceso de diálogo directo entre el Estado y las organizaciones representativas de los pueblos indígenas, que concluye con una ley con los acuerdos del proceso. Aunque el absoluto rechazo expresado por los pueblos indígenas hizo que el gobierno retrocediera, la idea de la consulta virtual no ha sido descartada en el contexto de la recuperación económica.  

Lejos de reavivar las amenazas para los ríos amazónicos y sus defensores, el contexto actual debe impulsarnos a priorizar la vida y la salud. Las comunidades indígenas merecen un proceso de recuperación económica que no atropelle sus derechos y un enfoque de infraestructura que incorpore sus necesidades. Este proyecto no hace ninguna de las dos cosas. Y solo empeoraría la vida de la gente de la Amazonía peruana que ya está luchando.