Instamos al Congreso a proteger nuestras aguas de la peligrosa contaminación por PFAS
Por: Thomas Hynes

A principios de este año, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) anunció planes para reducir los límites nacionales sobre los PFAS tóxicos, conocidos como "químicos permanentes", en el agua potable. En lugar de reforzar las protecciones, la agencia podría revertir las regulaciones para varios PFAS dañinos, como PFHxS, PFNA y GenX, y podría retrasar la aplicación de nuevas normas para el PFOA y el PFOS, dos de los compuestos más peligrosos. Además, buscan crear lagunas legales que eximirían a algunos contaminadores de responsabilidad.
Sin límites federales estrictos a las descargas de fuentes industriales —los principales contribuyentes a la crisis de las PFAS— estos productos químicos seguirán ingresando al medio ambiente a través de múltiples vías, incluidas aquellas asociadas con las plantas de tratamiento de aguas residuales y la aplicación terrestre de biosólidos (lodos de depuradora tratados).
Comunidades de todo el país ya están lidiando con los impactos en la salud de la contaminación por PFAS. No podemos permitirnos más retrasos ni protecciones menos rigurosas. Es hora de establecer normas sólidas y de cumplimiento obligatorio, y una verdadera rendición de cuentas para detener esta creciente crisis.
Waterkeeper Alliance Recientemente lanzamos la segunda fase de nuestra iniciativa de monitoreo de PFAS. Local Waterkeeper Los grupos analizaron las aguas superficiales en 19 estados y encontraron uno o más tipos de PFAS en el 98 % de los sitios de muestreo, tanto aguas arriba como aguas abajo de las plantas de tratamiento de aguas residuales y en áreas donde se aplican biosólidos a la tierra.
Se detectaron múltiples sustancias químicas PFAS: hasta 19 tipos diferentes en niveles elevados en sitios de muestreo aguas abajo de plantas de aguas residuales y 14 tipos en niveles elevados en sitios de muestreo aguas abajo de tierras tratadas con biosólidos.
Los PFAS también se conocen como "químicos permanentes" porque se descomponen muy lentamente. Como resultado, estos tóxicos... Los compuestos son biopersistentes, bioacumulables y plantean graves riesgos para la salud, incluidos cáncer, efectos reproductivos y de desarrollo, disfunción del sistema inmunológico y alteraciones hormonales.
Esta contaminación no sólo está generalizada: es persistente, peligrosa y está creciendo. Es por eso que estos hallazgos deberían hacer sonar la alarma para que la EPA, los reguladores y los legisladores en todos los niveles actúen con urgencia para proteger la salud de nuestras comunidades y nuestro medio ambiente sin más demora.
Para mitigar eficazmente los riesgos que plantean los PFAS, la EPA debe:
- Responsabiliza a los contaminadores de fuentes industriales por la contaminación por PFAS que envían río abajo.
- Establece y hace cumplir las normas federales para PFAS en el agua potable y las descargas de aguas superficiales según la Ley de Agua Potable Segura y la Ley de Agua Limpia.
- Prohíbe la aplicación terrestre de biosólidos contaminados con PFAS,
- Requiere una regulación basada en clases de los compuestos PFAS para abordar la familia química completa, prevenir sustituciones dañinas y agilizar los esfuerzos de monitoreo, tratamiento y cumplimiento, y
- Prioriza financiación para el monitoreo de PFAS y el despliegue de tecnologías de tratamiento para proteger a todas las comunidades, especialmente aquellas afectadas desproporcionadamente por los “químicos permanentes” y otras formas de contaminación.
Las comunidades merecen protección ante esta creciente crisis de contaminación, especialmente aquellas que ya están sobrecargadas. Nuestra agua no debería ser un vertedero de sustancias químicas.