El difícil camino hacia la justicia ambiental en Colombia - Waterkeeper

El difícil camino hacia la justicia ambiental en Colombia

Por: Liliana Patricia Guerrero Ramírez

Créditos: Bocas de Ceniza Waterkeeper

Los valores que nos inspiran y guían nuestro actuar son: la justicia, la paz, la equidad y el respeto a la Madre Tierra (agua, suelo, aire, vida silvestre); las cuales, a pesar de estar inmersas en nuestra Constitución Política, desarrollada y protegida desde 1991 por la jurisprudencia de la Honorable Corte Constitucional de Colombia, son constante y flagrantemente violadas.

Colombia es un país multidiverso, con un inmenso patrimonio natural, siendo uno de los países más inequitativos del mundo, siendo esta desigualdad una de las fuentes de violencia, y la proliferación de grandes conflictos socioambientales. El país cuenta con 5 macrocuencas, 42 zonas hidrográficas y 351 subáreas hidrográficas, además de subáreas hidrográficas que no se encuentran codificadas en la zonificación realizada por la oficina nacional competente.

Sin duda, esto convierte a Colombia en un país de alto poder hidrográfico que exige tomar medidas sólidas y oportunas para detener la contaminación y degradación que generan los proyectos de infraestructura hidroeléctrica, los hidrocarburos, la minería tanto legal como ilegal, y las descargas de aguas residuales domésticas e industriales sin tratamiento previo, que amenazan la vida acuática, iniciando procesos de restauración en paralelo.

Detener y reducir los conflictos socioambientales y reducir la contaminación requiere cambios estructurales en la política ambiental colombiana. Debemos priorizar la vida por sobre el extractivismo, el fracking, proyectos hidroeléctricos que causan daños irreparables a los ríos y desplazamiento de comunidades, fumigaciones con glifosato, descarga de tóxicos sin control, entre otras actividades antrópicas que amenazan la conservación del agua en Colombia. Así, en los territorios más remotos y vulnerables de Colombia, la degradación ambiental acompaña a la pobreza, la desigualdad y la muerte.

Guardaguas de Ecosistemas Marinos y Costeros Bocas de Ceniza, licenciataria de la Bocas de Ceniza Waterkeeper programa, es una organización que no está en el centro de estos conflictos, no sufre la violencia que puede golpear a las comunidades más vulnerables del país. Sin embargo, esto no nos deja indiferentes. Al contrario, queremos impactar más allá de nuestro entorno cercano. Queremos contribuir al logro de la justicia ambiental y consecuentemente a la reducción de la desigualdad en toda Colombia.

Bocas de Ceniza Waterkeeper El programa está ubicado en la ciudad de Barranquilla, Colombia, -cuarta ciudad en importancia del país- con vocación industrial, atravesada por el río Magdalena, que desemboca en el Mar Caribe en el lugar conocido como Bocas de Ceniza.

El río Magdalena, aunque no es el más caudaloso de Colombia, concentra en su cuenca al 50% de la población del país. Esto puede generar grandes presiones, aumentando el número de conflictos socioambientales que nos alejan de la equidad y la paz.

Nuestra organización trabaja desde la ciudad, para reducir las presiones urbanas sobre el río. Si bien el saneamiento básico es tanto un derecho como un deber del Estado, más del 50% de los municipios de Colombia no cuentan con saneamiento de sus aguas residuales. Barranquilla, por ejemplo, con más de un millón de habitantes, ciudad industrial y pionera en muchos aspectos, solo trata el 30% de sus aguas residuales. En el Gran Malecón del Río, un porcentaje se vierte directamente al río sin ningún tipo de tratamiento y las aguas residuales de la zona sureste de la ciudad, llegan a una estación donde solo se retiran sólidos y grasas, descargando las aguas residuales directamente al Río Magdalena, a través de un emisario subfluvial.

Este panorama no es ajeno al resto de la macrocuenca Magdalena-Cauca. Más de 400 municipios de la zona vierten sus aguas residuales directamente al río Magdalena sin tratamiento.

Actualmente nos dedicamos a luchar por el agua limpia y la justicia ambiental, a través del trabajo legal, y promoviendo cambios estructurales en el ordenamiento jurídico colombiano. Esta labor jurídica se materializa hoy en dos proyectos de ley, que promueven la defensa de los derechos humanos en materia ambiental y los derechos de la naturaleza. La primera de ellas, “Por la cual se dictan disposiciones para reconocer como sujetos de derecho a los ríos y demás fuentes de agua, y crear el Sistema Nacional para la Protección y Conservación Integral de los Ríos con especiales condiciones hidrogeológicas, paisajísticas, históricas, biológicas y culturales. ” está siendo impulsada por varias organizaciones con las que nos hemos aliado para lograr que en el período 2022-2026 pueda convertirse en ley de la república con un amplio apoyo de las organizaciones ambientales de base de todo el país. A su vez, se impulsará la segunda, “Por medio de la cual se dictan disposiciones para garantizar la calidad física, química y biológica del agua, la restauración de la calidad y el ciclo hidrológico de los cuerpos de agua deteriorados”.

La justicia ambiental y la defensa del agua son nuestra bandera, nunca desfallecer, siempre adelante.