Por: Waterkeeper Alliance
Hoy, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó HR 1, la Ley de Menores Costos de Energía. También denominada Ley de “Contaminadores sobre personas”, este amplio paquete de energía abriría tierras y aguas públicas federales a más perforaciones y minería, limitaría la revisión pública y de agencias de proyectos de combustibles fósiles, aceleraría los permisos de minería y revertiría las leyes ambientales fundamentales de nuestra nación. Una amplia coalición de grupos climáticos y ambientales ha considerado la HR 1 como la "Ley de contaminadores sobre las personas" debido a sus obsequios masivos a la industria de los combustibles fósiles.
Algunas de estas disposiciones incluyen:
- Un requisito para que el Departamento del Interior realice al menos dos ventas de arrendamiento para perforación en alta mar tanto en el Golfo de México como en Alaska;
- Una exención total para todas las voladuras sísmicas de la Ley de Especies en Peligro de Extinción y la Ley de Protección de Mamíferos Marinos; y
- Una disposición que restringe severamente la autoridad del Presidente y del Secretario del Interior para retirar tierras y aguas públicas de la consideración para arrendamiento o perforación.
En respuesta, Marc Yaggi, el CEO de Waterkeeper Alliance, emitió la siguiente declaración:
“Nuestras batallas en curso contra la contaminación, desde la contaminación generalizada con PFAS hasta los recientes desastres ambientales en el este de Palestina y Filadelfia, dejan en claro que necesitamos más responsabilidad por las industrias contaminantes, no menos. Aunque contamos con que el Senado vote no a esta legislación atroz, el hecho de que la Cámara la haya aprobado es una prueba innegable de que demasiados funcionarios electos tratan a las comunidades de primera línea y cercadas como zonas de sacrificio para los combustibles fósiles y otras industrias contaminantes. Quitar al público del camino facilita que las corporaciones obtengan las ganancias de proyectos peligrosos, mientras que nuestras comunidades pagan el precio con impactos insalubres en el agua, el aire y el clima, además de asumir la carga financiera de limpiar sus desechos. Nuestros líderes en Washington deben mantenerse firmes y contraatacar trabajando en soluciones reales que pongan a las personas que juraron defender por encima de los contaminadores”.